jueves, 30 de junio de 2011

A LA HORA DE COMUNICARNOS... HONRAR LAS DIFERENCIAS


Virginia Satir[1] dice: “La comunicación es tan necesaria para la salud, las relaciones interpersonales satisfactorias y la productividad, como la respiración es necesaria para la vida”.

Efectivamente, la comunicación es el factor más importante en determinar nuestro modo de relacionarnos. A nadie se le escapa que a través de la comunicación influimos en “el otro” y “el otro” influye en nosotros.
El modo en que nos comunicamos lo aprendemos desde el nacimiento -  especialmente imitando modelos - pero una buena comunicación también, puede enseñarse y aprenderse en cualquier momento de la vida.

Mediante el lenguaje, hacemos descripciones de “la realidad”, y... desde la más remota antigüedad, todos sabemos que existen muchos “puntos de vista” sobre una misma cosa: “las cosas son según el color del cristal con que se miran”. De modo, que la “realidad” no existe con independencia de nosotros. Las descripciones que hacemos de “la realidad”, están atadas a nuestras ideas, creencias, valores, emociones, experiencias de vida. De modo que sería más correcto hablar en términos de “una realidad” que de “la realidad”.

Pero la cosa no termina aquí. Los neurobiólogos dicen que la percepción es un fenómeno altamente complejo. Somos bombardeados por miles de estímulos por segundo, pero el sistema nervioso, no capta los estímulos del exterior como lo haría una cámara fotográfica. La percepción es un sistema autorganizador: uno percibe sólo aquello que puede decodificar, es decir, aquello que se corresponde con nuestros sistemas de creencias. Estamos a un solo paso de decir que la realidad es una construcción social que tiene lugar en el lenguaje mediante el consenso. Ergo, hay muchas realidades, a pesar de que cuando discutimos lo hacemos en nombre de una realidad que el otro no puede o no quiere ver.

Realidad A


Para Alberto:
Son más lindas las flores rojas, los perros y la playa.
Le gusta estar bronceado

Realidad B


Para Beatriz:
Son más lindas las flores blancas, los gatos y la montaña
No le gusta broncearse

Alberto insiste: Beatriz, te queda fantástico el bronceado, vayamos a la playa y  disfrutemos del sol”
“No – dice Beatriz  – lo que pasa, es que eres un adicto al sol”.
Cada uno argumenta tratando de meter a “el otro en “su realidad”, cada uno argumenta su propio punto de vista.
Algunas discusiones como éstas siguen por días, semanas y hasta por años, otras terminan en divorcio”.

A la hora de comunicarnos, lo que funciona es el respeto evitando expresiones como: “¡Lo que yo te digo es la realidad!, “¡No sabes lo que decís, porque no ves la realidad!. En su lugar, debemos usar frases que empiecen con: “Yo pienso...”, “Yo creo...”, “Yo veo...” como simples alternativas que toman en cuenta y respetan la realidad del otro, tanto como la propia.

Cada uno de nosotros tiene un programa diferente construido por experiencias de vida diferentes, lenguajes y hasta genética diferentes. Jeannette Lofas[2], señala que las guerras surgen cuando no se honran las diferencias entre los unos y los otros, y propone:
“como en un país extranjero es necesario mostrar gentileza en el intercambio comunicativo”.

Dora Davison
Curso on line Introducción a la Comunicación Humana


[1] Ejercicios para la comunicación humana. Virginia Satir. Editorial. Pax méxico. 1989. 2° reimpresión 2004.
[2] Lofas. Es Presidente de la Stepfamili


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario, gracias por participar.