martes, 22 de marzo de 2011

VOLVER A CASARSE

Puentes tendidos entre lo viejo y lo nuevo*

Froma Walsh

Más de dos tercios de las personas divorciadas vuelven a casarse, y muchos de ellas arrastran consigo asuntos irresueltos a sus nuevas relaciones, lo cual contribuye a elevar al 60% el índice de divorcio en los segundos matrimonios.

Las investigaciones revelan que el gran error en las segundas nupcias consiste en intentar romper los vínculos del pasado, establecer una frontera sellada en torno a la nueva unidad familiar y emular el modelo de la familia nuclear intacta. (Visher y Visher 1998).

Los niños corren mayor riesgo de disfunción cuando se los involucra en conflictos de lealtades, se los aleja de su padre o madre o se espera que constituyan un vínculo sustituto instantáneo con el padrastro o la madrastra.

Generalmente los padres que interrumpen el contacto con sus hijos de matrimonios anteriores tienen dificultades para entablar relaciones con sus hijastros. El trabajo con los sentimientos de pérdida, la culpa y el temor al vínculo puede facilitar tanto la reconexión como el establecimiento de nuevas conexiones.

También es muy importante que las parejas subsiguientes comprendan la necesidad de los hijos de mantener los lazos con ambos padres, y no se pongan celosas ni se sientan amenazadas por una buena relación entre los ex esposos.

Si se estimula la apertura de las fronteras y la multiplicidad de conexiones entre los diferentes hogares, la resiliencia de las familias ensambladas y los hijos, se fortalece.

*Resiliencia Familiar. Estrategias para su fortalecimiento". Froma Walsh. Ed. Amorrortu. 2006