“Nuestro mundo es un mundo de cambios, intercambios e innovación...”
La ciencia moderna, al tiempo que había dado origen a una nueva racionalidad, había quebrado la “antigua alianza” de carácter animista entre los hombres y la naturaleza.
El biólogo molecular Jacques Monod (premio Nobel 1965), expresa de manera bella y dramática ese momento crucial en historia de la ciencia:
“La antigua alianza está rota. El hombre sabe al fin que está solo en la inmensidad indiferente del universo, de donde ha emergido por azar”... “Él sabe ahora, que como un gitano está al margen del Universo donde debe vivir. Universo sordo a su música, indiferente a sus esperanzas, a sus sufrimientos y a sus crímenes. Igual que su destino, su deber no está escrito en ninguna parte. Puede escoger entre el reino o las tinieblas”.
Pero, para Ilya Prigogine (premio Nobel en química 1977) ha emergido una nueva alianza, como indica el título de uno de sus libros más notables, “La nueva alianza”. Su obra se inscribe en una nueva voluta epistemológica: la de los fenómenos complejos; las interrelaciones; el cambio y la evolución. Nos acercaremos a su pensamiento, a través de algunas de sus palabras:
“Estamos acercándonos a fines del siglo XX y nos parece que la ciencia desarrolla un nuevo mensaje que trata de la interacción del hombre con la naturaleza, así como de la interacción de los hombres entre sí”.... “La vida sería imposible sin la interacción entre lo vivo y la naturaleza que lo rodea”.
Si bien la “antigua alianza” está rota, para Prigogine el hombre no se halla solo frente a la naturaleza sometida y pasiva de la ciencia moderna, como lo estaba para Monod. Por el contrario, señala la emergencia de “nuevas alianzas”:
“Nos estamos alejando tanto de la imagen estática del mundo regido por las leyes eternas de la dinámica clásica, como de la imagen evolutiva asociada a la entropía”.
Es indudable que la Revolución Tecnológica nos ha obligado a admitir la interdependencia del hombre con su medio natural y social:
“Hoy la visión de la naturaleza ha sufrido un cambio radical hacia lo múltiple, lo evolutivo y lo complejo...”, “Nuestro mundo es un mundo de cambios, intercambios e innovación...”, “Nuestro interés se trasladó desde la sustancia a las relaciones, a la comunicación, a la evolución”. “Este cambio epistemológico... no es consecuencia de una decisión preconcebida, ni de una nueva moda. Nos viene impuesto por una serie de descubrimientos inesperados”.
El conocimiento científico, no es ajeno a la cultura en que emerge y sus formulaciones están sujetas a las constricciones que impone la presencia del observador:
“El conocimiento científico sacado de los sueños de una revelación inspirada ... puede descubrirse hoy día como una escucha poética (en el sentido etimológico para el cual el poeta es un fabricante) de la naturaleza, y proceso natural dentro de la naturaleza, proceso abierto de producción y de invención, en un mundo abierto, productivo e inventivo”... “Tradicionalmente la ciencia se ocupo de ‘universalidades’ y las humanidades de ‘acontecimientos’. Hoy la ciencia efectúa una interpretación humanista de la naturaleza en términos de acontecimientos”... “Tal ocurre, por ej., con el concepto de no-linealidad, con las estructuras disipativas”... “Todo lo que hace una unidad repercute sobre el sistema global y viceversa”.
En el marco de este reconocimiento, señala Ilya Prigogine:
“La ciencia hoy ha reintegrado al hombre al universo que describe y a la cultura a que pertenece”...“Ha llegado el tiempo de nuevas alianzas: hombre y naturaleza, ciencia y creatividad, orden y desorden, azar y necesidad”.
Su obra ha tenido una enorme influencia en la Terapia Familiar Sistémica para entender los procesos de cambio.
De: Curso on line “Introducción al Pensamiento Sistémico. Nuevos paradigmas”.
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